Anoche soñé contigo
Y éramos otra vez nosotros
Acaso intenté refugiarme en el olvido
busqué entre rimas sin sentido
Desdibujar los paisajes brumosos
Abrir de mi alma el claustro
Impregnado de tus rastros, de tu tacto,
Desempolvar el alma
mientras los árboles cantaban
y me decían que
lo imposible era algo cotidiano.
Y así tu ausencia
se acumuló en las horas
sin percibir las huellas,
ignoré el afán y restringí el deseo.
Desgasté los días
de una tristeza nimia
Hilvané disculpas
Y revisé culpas
Hablé con Dios no para encontrar respuestas sino para obviar preguntas
Llegue a la casa llena de nuestros recuerdos
Me paré entre
Los cajones vacíos y el armario desnudo
Apenas pude preguntarle a las piedras de tu historia, más por costumbre que por anhelo;
que ya estábamos lejos
lo supe entonces
nunca mas volvería a tocarte,
Y me di cuenta del instante,
del final,
De que las comas son apenas un respiro
para no ahogarse en un eterno olvido.
Le mostré mis heridas al espejo,
Abrace otros cuerpos y despoje al alma de anhelos.
Cante quedito
Encontré otros cuartos y cajones
Comprendí el capricho de ser sin traducir el alma y lo fácil, lo dócil, lo que se entrega a ti sin quemar el alma.
sin embargo por las noches,
cuando ni lo quiero ni lo pienso
se me atora en la garganta
el silencio
de un último
te quiero.