Reseña: Dans la maison (En la casa)

Título Original: Dans la maison

Director: François Ozon
País: Francia

Año: 2012

Idioma: Francés
Reparto: Fabrice Luchini, Kristin Scott Thomas, Ernst Umhauer, Emmanuelle Seigner, Bastien Ughetto

Dans la maison llegó con el Tour de Cine Francés, y debo admitir, fue una grata --muy grata--sorpresa. Pese a que la vi el fin de semana pasado, aún sigo pensando en ella como una de las mejores películas que vi este año. Probablemente lo sea, probablemente también exagero, pero es por este tipo de historias que mi amor al cine ha ido creciendo. Por esa capacidad que algunas películas tienen de sorprenderte constantemente y dejarte con esa sensación de que no te lo dijeron todo, pero aún así, sí te dijeron lo suficiente.

Dans la maison está basada en una obra española llamada "El chico de la última fila", de Mayorga; aunque Ozon la adaptado libremente y le ha quedado una pieza que nos mete en la ¿retorcida o creativa? mente de un joven narrador, que atrapa a su maestro de literatura y a su esposa, metiendose de forma indirecta en la vida de la pareja, mientras observa la vida de una familia "normal" para poder contar su historia.

 

Todo comienza cuando Germain, un maestro de literatura algo frustrado por el poco interés de sus alumnos en la clase y el casi nulo esfuerzo que hacen en la redacción de sus tareas, se topa con una tarea que sobresale de las demás, un texto que escribe el tímido Claude Garcia acerca de su último fin de semana en la casa de su compañero Rapha.

Claude describe como se logra meter a la casa de su compañero, la cual deseaba explorar desde hacía tiempo, y como se las arregla para curiosear por hay. "Basta por hoy" se dice así mismo. Y es justo en ese momento cuando un particular olor llama su atención y lo hace continuar "el olor particular de mujer de clase media", una descripción algo mordaz de la madre de su compañero.

Es su forma de captar y describir la realidad lo que hacen que Germain y su esposa, Jeanne, se interesen por ver que trama esté chiquillo, y claro, de fisgonear en la vida de una familia de clase media.

Claude es el brillante alumno que se encarga de retratar a esta "familia normal"; un muchacho de dieciséis años con el poder de seducir con las palabras, de describir actitudes banales de la "clase-media" con sorna y perspicacia, creando una obra de ficción que se irá complicando y mezclando con la realidad hasta los límites más peligrosos. Claude se hace adicto a la vida de los "Raphas", es un adolescente con una vida del carajo que quiere ser parte de la normalidad que aparentan los personajes de su cuento. Y así como Claude no tiene suficiente de la familia normal, Germain comienza a descubrir los placeres del vouyerismo indirecto incitándolo a continuar.

Ozon hace un excelente manejo de los elementos que le permiten meter la película al ser una reflexión sobre el proceso creativo; nos mete de todo un poco (suspenso, bildungsroman, amor, comedia, sátira iconoclasta) pero sin qué termine siendo una parodia mal lograda de contar historias. Y también, el director pone el dedo en la llaga, de la tan moderrrna polémica entorno a la muerte de la "familia nuclear" por esto de la moderrrnidad. Es una reflexión al interior de un individuo desprotegido ante la sociedad, Claude, un
adolescente que fue un niño abandonado por su madre y que creció con un padre borracho, anhela la "normalidad" de la estereotípica familia, que si bien puede ser un modelo obsoleto (madres frustradas, abandonadas emocionalmente; padres al borde de un infarto), es el modelo que viene de hace años y que en el fondo, sea el que le da a los individuos más pequeños u faltos de conocimientos sobre teorías sociales y demás locuras, la seguridad en este mundo ya de por sí muy caótico.

El desesperado adolescente mezcla realidad y ficción para
satisfacer sus deseos

Por otra parte, la película no sólo hace alusión a algunas grandes obras y sus autores, sino también, es una mirada diferente al proceso creativo de la escritura, de saber continuar, de describir, observar...
Siempre he creído que escribir es como estar en otra realidad, cuando lo haces no eres del todo tú mismo y a la vez, es cuando más autentico y honesto llegas a ser.

Claude, como cualquier chico con una mente creativa, ve la vida de una manera diferente...siempre preguntándose que puede ocurrir en las casas que desde fuera observa, siempre preguntándose que historias nos podrían contar. Un personaje complejo, con una soledad en el alma que escapa a través de sus fantasiosas historias. Al final eso es parte de la magia de esta película, ¿Qué ha sido real y qué sólo ha ocurrido en la mente de Claude? 

Un relato que si bien no es común, me ha dejado con esa emoción que es difícil encontrar en una película. No lo sé, tal vez me ocurra en 1 de cada 20, pero cuando ocurre es genial. Sólo me queda una palabra para describirla: ¡Magnífica!