Review: 50/50

El otro día tuve que hacer un viaje de 5 horas por carretera. Por suerte el autobús en el que viajé tenía pantallas y podías elegir la película que quisieras ver, así que como a esta no la había visto y había dado mucho de qué hablar decidí mirarla y ver qué tal.

Adam Lerner (Joseph Gordon-Levitt) es una persona común, que goza de buena salud, la cuida haciendo ejercicio a diario, tiene amigos, una novia y una vida tranquila hasta que en un chequeo médico es diagnosticado con cáncer y su vida, así como sus relaciones, se verá afectada por la noticia.

Debo empezar diciendo que la película técnicamente tiene una buena dirección, un ritmo ágil, bromas para contrarrestar el drama y una excelente actuación por parte de Joseph Gordon-Levitt.

Pero supongo que la película ha querido complacer al público y por eso mismo es que ha perdido una oportunidad con un tema tan duro e interesante. Al final, se quedó corta.

Todos los personajes son demasiado esterotipados. El amigo imbécil que no sabes porqué es, de hecho, amigo de alguien como Adam, pero que aparece para hacer los chistes y comentarios tontos pero graciosos. La novia loca que no sabe manejar la situación y que aparece en el film 1) para que la odies 2)para que te sientas más por Adam 3)para hacer del final feliz todavía más feliz.

La chica awkward pero bonita que es el nuevo estereotipo de la mujer fuerte e independiente (y odiosa) que abundaba en películas de los 90's (estilo Patch Adams, Legaly Blond, etc...) que al final es la cereza del pastel.

Y la mamá asfixiante (que es así porque ama a su hijo), ésta interpretada por una desaprovechada Ángelica Huston que apenas y aparece unos ¿qué? ¿25 minutos?

Ah si, olvidé mencionar el doctor insensible que le dirá que tiene cáncer como si estuviesen hablando del clima.

La película logra darle un tono más digerible a un tema tan crudo como el cáncer, pero eso mismo hace que apenas se nos muestre un conflicto profundo en la vida de Adam, quién gracias a Gordon-Levitt logra transmitir la desesperanza y abatimiento que la enfermedad le provoca (y le permite convencernos de que es un actor genial que seguro ganará un Oscar tarde o temprano). Sin embargo, vemos más como se desarrolla su relación con la doctora novata (Anna Kendric a.k.a la chica awkward pero bonita) que le da terapia que la relación con cualquier persona significativa porque en la historia no hay nadie más (a excepeción del amigo molesto y la mamá distante), ni cómo está en el hospital, en su trabajo, incluso la amistad con otros pacientes que sufren de cáncer se desaprovechó muchísimo.

En mucho, la mejor y más rescatable de todas las escenas es esa en donde Angélica Huston y Gordon Levitt comparte un momento muy duro, antes de una operación en donde hay 50/50 de probabilidades de que viva o muera, y de nuevo, por su genial actuación nos recuerdan que hablamos del cáncer.

En definitiva, la película --gracias a ese momento--conmovió a mi corazón humano y me hizo sentir tan agradecida de contar con buena salud, sin embargo, la película como un todo no fue lo que esperaba o me habían contado que era. Aunque claro, para fines prácticos, qué importa que no sea la película del año si logra conmovernos y recordarnos lo maravilloso que es estar VIVOS, porque para eso son las películas.

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