11 jul 2019

Anoche soñé contigo
Y éramos otra vez nosotros
Acaso intenté refugiarme en el olvido
busqué entre rimas sin sentido 
Desdibujar los paisajes brumosos 
Abrir de mi alma el claustro 
Impregnado de tus rastros, de tu tacto, 
Desempolvar el alma 
mientras los árboles cantaban 
y me decían que 
lo imposible era algo cotidiano.
Y así tu ausencia 
se acumuló en las horas 
sin percibir las huellas,
ignoré el afán y restringí el deseo.
Desgasté los días 
de una tristeza nimia
Hilvané disculpas 
Y revisé culpas 
Hablé con Dios no para encontrar respuestas sino para obviar preguntas
Llegue a la casa llena de nuestros recuerdos
Me paré entre 
Los cajones vacíos y el armario desnudo
Apenas pude preguntarle a las piedras de tu historia, más por costumbre que por anhelo;
que ya estábamos lejos
lo supe entonces 
nunca mas volvería a tocarte,
Y me di cuenta del instante,
del final, 
De que las comas son apenas un respiro 
para no ahogarse en un eterno olvido.
Le mostré mis heridas al espejo,
Abrace otros cuerpos  y despoje al alma de anhelos. 
Cante quedito 
Encontré otros cuartos y cajones 
Comprendí el capricho de ser sin traducir el alma y lo fácil, lo dócil, lo que se entrega a ti sin quemar el alma.
sin embargo por las noches,
cuando ni lo quiero ni lo pienso
se me atora en la garganta 
el silencio 
de un último 
te quiero.